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Transcurrían los últimos días de la guerra y, como describe el autor, la “HMS Glamorgan” era uno de los buques que se alternaban para bombardear las posiciones argentinas, pero el día 12 de junio esperaba a la unidad británica una gran sorpresa…Días atrás, describe Fueyo, había arribado al aeropuerto, mediante vuelos de aviones C-130 de la Fuerza Aérea, un sistema de defensa costero improvisado por ingenieros y técnicos de la Armada. El “artilugio”, bautizado irónicamente “ITB” (“Instalación de Tiro Berreta”) requirió el esfuerzo de las tres fuerzas armadas en Malvinas, en razón de que era operado por personal naval, montado y desmontado por personal y equipos de la Compañía de Ingenieros de Combate 601, mientras que los datos de radar era suministrados por dos equipos uno de Fuerza Aérea y otro de Ejército.
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